De vez en cuando se me ocurren mis propios métodos de auto-ayuda, cosas que a mí me sirven en mi día a día, y que, aunque inspirada por distintas fuentes, tienen mi toque personal.
El último de los métodos ha sido el de mi lista de mantras. Te cuento…
Un mantra es una frase que repites una y otra vez, las veces que te haga falta. ¿Y qué frase es la que repites? Pues la que tú necesitas escuchar en ese momento. Justo eso que te hace cuestionarte, que te permite relajarte o ver las cosas de otra manera, esa frase que te hace darte cuenta de que estás otra vez con lo mismo de siempre y a la vez te recuerda que es posible cambiarlo.
¿Y cuál es esa frase maravillosa? Pues el tema es que son frases totalmente personalizadas a la persona y a la situación, tú tienes que buscar tus propios mantras, justo lo que tú necesitas.
Yo para ayudarte a encontrar los tuyos, para inspirarte o por si te sirven también a ti, te voy a contar algunos de los que más utilizo:
-
La vida es un juego. Esta frase me encanta porque la escucho y automáticamente me relajo. Me permite recordar que nada es tan importante, que puedo tomarme las cosas menos en serio, que puedo “jugar” más, que puedo confiar. Me recuerda que tiendo a agobiarme y a estresarme, y que no me merece la pena vivir así. Decirme esta frase me hace sentir la vida más liviana, más sencilla y parece que me quitara un peso de encima.
-
Está bien como soy. Este es otro mantra que me repito muchas, muchísimas veces. Cuando estoy con gente y siento esa tendencia a esforzarme por ser diferente, por ser “mejor”, por gustar, por esconder algunas partes que creo que pueden desagradar a los demás. Cuando me pillo haciendo algo de ésto, internamente me digo esta frase y es como una medicina. Mi forma de estar y de sentir cambia. Con esta frase me recuerdo que no tengo que esforzarme ni ser distinta para que me acepten, que merezco que me quieran tal y como soy, y automáticamente me siento más libre.
-
No tengo que ser perfecta. Esta frase es para cuando me equivoco o para cuando hago algo que no me gusta. Mi tendencia automática es a sentirme mal, a criticarme y esta frase me recuerda que puedo darme el permiso para equivocarme, que el error es una parte natural del aprendizaje, que mi valor no disminuye cuando cometo un error y que puedo sacar un aprendizaje de esta experiencia.
-
Me permito este tiempo. Yo tengo mucha tendencia a agobiarme, a pensar que me falta tiempo, a querer hacer más cosas de las que puedo y por tanto, a ir siempre corriendo. Cuando detecto esta sensación de agobio y de prisa, me paro, respiro y me digo que me doy el tiempo que necesito para hacer aquello que tenga que hacer sin prisas, tranquila y si puede ser, disfrutando.
Aquí algunos ejemplos de mis antídotos a mi vida cotidiana y a mis automáticos. Como ves son totalmente personalizables a tus dificultades y a tus propias situaciones.Tienes tu repertorio de mantras y tú misma te calmas, te apoyas, te consuelas y te recuerdas justo aquello que sabes que necesitas escuchar.
¿Y sabes lo que más me gusta de este método? Darme cuenta de la gran capacidad que tenemos para brindarnos ayuda, consuelo y amor a nosotras mismas.
¿Y cuál sería tu lista de mantras? Seguro que me sirve alguno!